Leo con sorpresa en El Mundo de hoy que han denegado el ingreso a nuestro glorioso ejército a un transexual. La razón es que Aitor G.R., que así se llama el afectado, carece de testículos y de pene. De lo que podría erróneamente deducirse que para defender a España es necesario poseer un par de huevos y un colgajo. Eso, lo del par, aunque se ha necesitado siempre metafóricamente hablando, no ha sido óbice para que las mujeres -no testiculadas por naturaleza- sean admitidas en el ejercito y se las considere muy capaces de defender a nuestro país incluso sin poseer el masculino adorno. Aitor, que nació con cuerpo de mujer pero que internamente en lo más profundo de sus profundidades es un hombre, no puede desarrollar el sueño de su vida al no ser considerado ni hombre ni mujer por nuestros generales, aunque en el ejército sirvan mujeres (sin miembro) y hombres (con miembro) por igual. A Aitor se le han hinchado las narices, porque pelotas no tiene, y ha declarado que no necesita un miembro viril para defender a España y tiene razón. Aitor es un transexual y no se ha de confundir su situación con la de una maricona, sin que tenga yo nada contra ello/as, y sobre cuyo caso habría algo más que discutir.
Un buen cebo para que pique nuestra ministra de igualdad, y que al fin pueda resolver algún asunto: la "miembra" igualando al sin miembro. Mi apoyo a Aitor G.R. con el que me sentiré también defendido incluso si no posee el miembro viril al que, por cierto, no se le ha descubierto hasta el momento ninguna función relevante relacionada con la defensa o capacidad de ataque de un país.
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