jueves, 18 de diciembre de 2008

Feliz Navidad

Se acerca la Navidad y, como todos los años, se repetirán las conductas adquiridas de siempre. Los que están en contra del cristianismo, defensores de un mal entendido laicismo, se cambiarán de acera y escupirán diciendo “lagarto, lagarto” si sus pasos le guían por casualidad cerca del lugar donde se ha instalado un belén; pondrán el grito en el cielo como posesos rociados con agua bendita cuando vean a un niño vestido de pastorcillo yendo a una representación del nacimiento de Jesús y les empezará a dar vueltas la cabeza si oyen cantar villancicos tradicionales por las calles. Ahora, eso sí, se cuidarán muy mucho de intentar eliminar los días de vacaciones y de rechazar suculentas cestas de navidad.

Habrá otros a quienes esta época, en la que se presume de una alegría tantas veces superficial, artificial y plastificada a la que nos anima al consumismo, les recordará sus años de infancia, sus ilusiones, sus anhelos de niño, ese tiempo en el que la maldad no había conseguido entrar aún en sus corazones, y se sentirán mal, se sentirán solos. Muchos de ellos -como tristemente es frecuente aquí en Alemania en estas fechas- se quitarán la vida con la intención de desprenderse así de la amargura que les encadena.

Otros, como Ebenezer Scrooge en el famoso cuento de Dickens seguirán trabajando sin parar y no cejarán en su empeño de fastidiar a los demás, de hacerles la vida imposible sin darse cuenta de que así también joden indefectiblemente la suya propia.

Algunos, la mayoría, intentaremos pasar este tiempo con la familia y la experiencia nos dice que hay que tener un cuidado especial para que el estrés de los regalos, comidas y fiestas (joder, hasta en lo que tenía que ser divertido aparece el indeseable caballero) no acabe dándole la vuelta a la tortilla. Es verdad, en esta época de vacaciones, como en la de verano, es cuando más parejas se rompen, será porque tenemos más tiempo para estar juntos y, aunque se dice que el roce hace el cariño, también parece que lo puede desgastar.

¿Sabéis cuál es el regalo que me gustaría recibir y regalar este año? El amor de mi mujer, el de mis hijos y el de mis amigos, el sentirme seguro y querido en mi familia y ver a todo el mundo contento. El hacer la vida un poco más agradable a los demás. Ese es el regalo más preciado, también el que más cuesta conseguir y que no se puede comprar con dinero. Es lo que nos vamos a regalar mi mujer y yo este año. Voy a intentar conseguirlo para los míos y, si la vida hace que nos crucemos, para ti también.

¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!
Os dejo con Raphael y su tambor (pronunciado Rapael, por supuesto)


6 comentarios:

  1. Me quedé ayer preocupá cuando dijiste que eres pesimista.
    ¿Pesimsta, tú? Oye, pues a tenor de lo que escribes se te nota muy poco, más bien nada...

    Muy bonita entrada. Me ha encantado.

    Y tan cierta. Hay mucho aguafiestas en este mundo, pobre gente tan sola que hay...

    Qué bonito a Christmas Carol, Dickens es bonito y triste a veces.

    Te deseo lo que tan bien describes.

    Y que si venis a España por Dios que estáis invitados a visitar mi casa y la casa de Hansel y Gretel, la de los niños del jardín (la arreglará el perete tras el derribo de 4 niños: son unos bestias los hijos de mis amigos. Los tuyos serán más pacíficos seguro...)

    PD: y tomo nota, es cierto que el roce hace el cariño, pero con tanta celebración se puede perder el norte y pensar que es + importante la cena que la compañía. Y no estar a lo que hay que estar, que nunca es lo material. Marta, Marta...

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  2. ¡Muchas gracias por la invitación! Este año toca quedarnos aquí pero todo se andará... la guardo para cuando haya ocasión.
    La casita de Hansel y Gretel ves reparándola, pero mejor que alquiles a una bruja para que la guarde, porque tengo cuatro monstruos que en un periquete te la tirarán abajo otra vez.

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  3. Buenas tardes, José Antonio. Inauguro presencia en tu blog (llevo trabajando desde las seis y pico de la mañana y me apetece entretenerme leyendo a antipodos a mi con criterio)
    Es solo para confesarte una cosa: soy partidario de un laicismo bien entendido y puedo asegurarte que belenes, villancicos y emociones expresadas con sinceridad me envuelven con un calorcito tibio.
    Desde la posicion del ateo laico, que no enemigo de la religion, me atrevo a confesarte una cosa aqui: Me encanta que llegue la navidad, me encanta intentar poner buen humor en la familia, porque ademas sé que lo consigo. Puedo sentir de algun modo que en estos dias hay un deseo compartido por mucha gente de que la buena voluntad hacia el vecino triunfe en la forma de entender la vida. Y me conmueve que la gente desée sentir calorcito afectivo.
    Compartimos quizas un enorme aprecio por los mensajes de Jesus. Algunos lo veran como el origen del cristianismo (evidentemente!) y lo sienten de ese modo.
    Otros podemos verlo como una muy bella expresion de buena voluntad, generosidad y consideracion hacia el vecino que lo merece en la vida comun, y lo vemos como una excelente muestra de humanismo tolerante.
    En fin, feliz navidad de parte de un laico ateo que envidia (sanamente) el hecho de que para muchos como tu esto tenga una dimension añadida que les permitira disfrutar de ella con mucha mas intensidad que a otros.
    Muy honestamente, feliz navidad.

    (No sé, al final estas fechas me ponen sentimental, oiga)

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  4. ¡Bienvenido Asier! me alegra saber que hay gente como tú que puede "comprender" la Navidad y, no sólo eso, también que la respeta e incluso que la pueda disfrutar. Pues lo dicho: ¡Feliz Navidad Asier! y que ese Jesús-Dios en el que no crees pero del quien te atrae alguna de sus enseñanzas te proteja a ti y a tu familia y os conceda un año nuevo lleno de alegrías.

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  5. Me quedo pendiente decirte una cosas mas, y es que tengas cuidado con las burbujas en estos dias que se avecinan!
    Un abrazo,
    Asier

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  6. Mónica, Susana o como te llames. No sé que pretendes decirme con que yo soy el que me contesto y replico en mis comentarios y que no tengo amigos..??? Sí, modero los comentarios porque no me gusta que se me cuelen algunos/as a decirme tonterías. Un saludo.

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