La imagen muestra unos adolescentes siendo ahorcados en Irán por prácticas homosexuales en 2005.
El Estado Vaticano se opondrá a la propuesta de despenalización de la homosexualidad que se presentará a finales de este mes en las Naciones Unidas por parte de 27 países de la Unión Europea. El Arzobispo Celestino Migliore razona la oposición del Vaticano arguyendo que de darse dicha despenalización los países en los que no se ha aprobado el matrimonio homosexual podrían verse presionados y discriminados por dicha resolución. En Italia ya le han dado un buen varapalo en un durísimo editorial en el periódico La Stampa que califica de grotesco el razonamiento del Arzobispo. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombarda, ha defendido la postura diciendo que menos de cincuenta países se adherirán a la resolución y unos ciento cincuenta no lo harán. Teniendo en cuenta que en al menos 85 países, entre lo que se incluyen Afganistán, Irán, Arabia Saudí, Sudán y Yemen, la homosexualidad sigue siendo un delito punible incluso con la pena capital, no es de extrañar que el grueso de estos países junto con amigos y protectores sean los que se opongan a la resolución.
O sea, que el Vaticano se alinea con países extremistas islámicos que aplican unas leyes injustas que permiten el asesinato por haber practicado la homosexualidad sólo por el miedo de que, en un futuro, dicha resolución de alas a la equiparación entre las uniones homosexuales y el matrimonio heterosexual. Lombarda aduce que el posicionamiento del Vaticano es político y que la Iglesia no tiene nada contra los homosexuales como se puede encontrar en su Catecismo. Pues mire usted: no. Por muy políticos que sean sus argumentos y mucho miedo tenga de que los países que no aceptan el matrimonio homosexual sean presionados como fruto de esta resolución, usted no puede permitir que la homosexualidad sea castigada como lo está siendo ni que una sola persona más sea asesinada por ser homosexual, y se tiene que oponer positivamente a que esto siga sucediendo.
¡Señores, despierten, que el fin no justifica los medios! como tantas y tantas veces nos recuerdan sus moralistas. No se puede pretender defender el matrimonio cristiano permitiendo que personas sean asesinadas por su condición. ¿Es así como Jesús trataría este problema?. Pues sinceramente creo que no. El supuesto e hipotético peligro que pueda amenazar al matrimonio cristiano fruto de la resolución no puede ser óbice para intentar parar una salvajada de ese calibre. Creo sinceramente que el Vaticano se equivoca y esperemos que no sólo apoye la despenalización de la homosexualidad -que se trata sólo de eso, de no castigar al que sea y se comporte como homosexual- sino que proponga incluso extender la resolución a la despenalización del adulterio. Si lo piensan, dicha resolución tampoco pondría en peligro al matrimonio cristiano. Bueno, siguiendo el razonamiento de Migliore sí, porque según su éste, despenalizar el adulterio significaría automáticamente el que exista un derecho al mismo y como tal iría contra el matrimonio cristiano ya que el adulterio es como un misil dirigido a la línea de flotación de la unión marital. Pues, ¡hala, a oponerse y dejar que mujeres sigan siendo lapidadas!
Comprendo que la Iglesia denuncie y condene lo que considera pecado como hizo Jesús en su época, pero espero también que, al mismo tiempo y como Jesús hacía, perdone y proteja al pecador.
El Estado Vaticano se opondrá a la propuesta de despenalización de la homosexualidad que se presentará a finales de este mes en las Naciones Unidas por parte de 27 países de la Unión Europea. El Arzobispo Celestino Migliore razona la oposición del Vaticano arguyendo que de darse dicha despenalización los países en los que no se ha aprobado el matrimonio homosexual podrían verse presionados y discriminados por dicha resolución. En Italia ya le han dado un buen varapalo en un durísimo editorial en el periódico La Stampa que califica de grotesco el razonamiento del Arzobispo. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombarda, ha defendido la postura diciendo que menos de cincuenta países se adherirán a la resolución y unos ciento cincuenta no lo harán. Teniendo en cuenta que en al menos 85 países, entre lo que se incluyen Afganistán, Irán, Arabia Saudí, Sudán y Yemen, la homosexualidad sigue siendo un delito punible incluso con la pena capital, no es de extrañar que el grueso de estos países junto con amigos y protectores sean los que se opongan a la resolución.
O sea, que el Vaticano se alinea con países extremistas islámicos que aplican unas leyes injustas que permiten el asesinato por haber practicado la homosexualidad sólo por el miedo de que, en un futuro, dicha resolución de alas a la equiparación entre las uniones homosexuales y el matrimonio heterosexual. Lombarda aduce que el posicionamiento del Vaticano es político y que la Iglesia no tiene nada contra los homosexuales como se puede encontrar en su Catecismo. Pues mire usted: no. Por muy políticos que sean sus argumentos y mucho miedo tenga de que los países que no aceptan el matrimonio homosexual sean presionados como fruto de esta resolución, usted no puede permitir que la homosexualidad sea castigada como lo está siendo ni que una sola persona más sea asesinada por ser homosexual, y se tiene que oponer positivamente a que esto siga sucediendo.
¡Señores, despierten, que el fin no justifica los medios! como tantas y tantas veces nos recuerdan sus moralistas. No se puede pretender defender el matrimonio cristiano permitiendo que personas sean asesinadas por su condición. ¿Es así como Jesús trataría este problema?. Pues sinceramente creo que no. El supuesto e hipotético peligro que pueda amenazar al matrimonio cristiano fruto de la resolución no puede ser óbice para intentar parar una salvajada de ese calibre. Creo sinceramente que el Vaticano se equivoca y esperemos que no sólo apoye la despenalización de la homosexualidad -que se trata sólo de eso, de no castigar al que sea y se comporte como homosexual- sino que proponga incluso extender la resolución a la despenalización del adulterio. Si lo piensan, dicha resolución tampoco pondría en peligro al matrimonio cristiano. Bueno, siguiendo el razonamiento de Migliore sí, porque según su éste, despenalizar el adulterio significaría automáticamente el que exista un derecho al mismo y como tal iría contra el matrimonio cristiano ya que el adulterio es como un misil dirigido a la línea de flotación de la unión marital. Pues, ¡hala, a oponerse y dejar que mujeres sigan siendo lapidadas!
Comprendo que la Iglesia denuncie y condene lo que considera pecado como hizo Jesús en su época, pero espero también que, al mismo tiempo y como Jesús hacía, perdone y proteja al pecador.
si es así como lo cuentas, y como me fío porque eres un tipo serio y no dices aquí nunca nada que no esté "documnetaó", tienes toda la razón.
ResponderEliminarUna cosa es la condena moral al ejercicio de la homosexualidad, (que no a la tendencia que creo recordar -no tengo el Catecismo a mano ahora- que ni siquiera es sujeto de condena, como es lógico,) y otra la condena por las autoridades de un país vía penal a dicho ejercicio. Me parece una barbaridad. Voy a ver en internet más información de esto porque me parece raro, la verdad...
Saludos desde El Boalo
Hola Master, pues así es como lo he leído he interpretado al leer la noticia en varios periódicos. ¡Ojalá me equivoque! Es más, espero estar equivocado.
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