Hoy, al llevar a mis hijos al colegio a -12°C de temperatura pero calentitos en nuestra furgona VW T5 Multivan con calefacción incluso en los asientos, me he acordado de todos aquellos que han empezado mal el año. He tenido un momento para pensar en el frío que estarán pasando esos niños que, sin culpa, sufren las cabezonerías de sus mayores y se enfrentan al horror de las bombas de diseño israelíes y a los cohetes chapuzeros de los extremistas islámicos. Me he acordado también de tanta gente que estará pasando frío debido a la falta de honestidad, solidaridad y sentido común en las relaciones comerciales entre dos países que se dicen respetables. Como comenté en mi anterior entrada, la Navidad era un tiempo también en el que se disparaba la tasa de suicidios en el centro de Europa. He sabido al menos de dos casos que me tocaban de cerca: el del sobrino de unos conocidos y el del vecino de un familiar, oficial retirado de la policía que la tarde del día de Navidad abandonó su casa con el pretexto de dar un paseo por un bosque cercano y se clavó dos puñales en el pecho. Lo encontraron horas más tarde, ya de noche, sentado en un banco. ¡Qué frío el de esos puñales!
Esta noche ha descendido en Ratisbona la temperatura a -19°C. Y esta mañana, al salir de casa, he sentido el frío, y no sólo el que corresponde a esta época del año sino ese otro: el de los corazones, el que conducen a tanta miseria, tristeza y desesperación.
Aun así os deseo a todos un ¡FELIZ AñO! Y espero que seamos capaces de llevar un poco de calor (si lo encontramos) a los que nos rodean.
Calefacción en los asientos, qué gozada, ¿no?
ResponderEliminarFeliz año a ti y a tu familia, Jose A.
Sí, hace frío -no como allí, eh?-pero además de las cosas peores es la frialdad, no sentirse acogido, con calor. Aquí nos podremos gritar más pero creo que nos acogemos más también.
Para tí también, Master, y que consigas -si no todo- al menos parte de lo que más deseas en este 2009.
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