Sed de sangre, venganza cumplida

No es esta la justicia que yo espero, ni deseo, del mundo occidental. El asesinato no es la respuesta a la violencia. Este hombre pudo ser el demonio en persona pero pienso que nadie tenía el derecho de acabar con su vida. Justificar el asesinato y presentarlo como una medida de defensa es un retroceso en la carrera que occidente ha corrido durante tantos siglos para alcanzar los valores de los que presume. No, defensa propia es matar cuando uno es atacado. Lo que occidente ha hecho con este hombre es asesinato por venganza. Se le podía haber capturado y enchironado de por vida pero la misión, según oficiales de la armada americana, no era otra que la de acabar con su vida. Si estamos de acuerdo con este principio no tendremos argumentos para condenar, por ejemplo, la existencia y actuaciones de los GAL.

No, no soy partidario de que se asesine a nadie.

Me he echado las manos a la cabeza cuando he visto como los americanos han salido a la calle a celebrar este hecho. “Por fin se ha hecho justicia”, han bramado por las calles como animales sedientos de sangre. No he podido de dejar de ver las semejanzas entre las fotos de hoy en América y las de aquellos energúmenos en algunos países de Oriente cuando cayeron las torres gemelas, pero me avergüenzo más de ver esas reacciones en un país que se dice libre y civilizado.

Odio, odio y más odio, sed de sangre, venganza cumplida.

Una verdadera pena.