lunes, 26 de mayo de 2008

Rodolfo Chikilicuatre

Prometí hablar de Chikilicuatre y lo hago hoy, después de que se haya constatado su fracaso en Eurovisión y, tengo que reconocerlo, de haber esperado un tiempo para observar la ascensión, influencia en las masas y caída del “genio” inventado por la Sexta y al que intentarán seguir estirando hasta el verano.

El “fenómeno” chikilicuatre ha sido, desde mi punto de vista, la prueba de que lo que dijo Zapatero en su día es verdad: que en España cualquiera podría ser presidente. Es realmente así, cualquiera podría haber sido Chikilicuatre y llevar un bodrio de canción a ese concurso europeo que sigue cada vez menos gente. Recuerdo con nostalgia aquellos años en los que aún nos reuníamos los de la peña el sábado de Eurovisión para cenar en casa de alguno y escuchar canciones nuevas para despues votar por las mejores. Pero vuelvo, que me desvío de lo que quiero contar. La verdad es que no me ha llamado la atención que en este país de mis entrañas, el ciudadano medio haya seguido con recreo y satisfacción las andanzas del tío fenómeno este. España ha sido, es y seguirá siendo el país del Chikilicuatre, del que ha dicho nada más acabar su trabajo: “Lo único que tengo claro es que ahora me voy a tomar unas vacaciones para descansar. No había trabajado tanto en toda mi vida junta”. Y es verdad, seguramente este tipo que, probablemente, ha dedicado la mayor parte de su vida a perrear (perdón, tío, si me equivoco pero tú mismo lo admites) haya conocido por primera vez lo que es el trabajo y ganado estos meses unos cuantos euros que le darán para poder dejarse en casa el tupé y la guitarra de juguete durante unos años. Pero lo sorprendente del caso es que al español medio le sigue cayendo simpática esta tomadura de pelo nacional.

Consiguió Buenafuente catapultar a su gilipollas a la escena internacional con una canción cuya letra tuvo que adecentar para presentarla en el extranjero y los españoles todos (bueno, ya sé que todos no) aplaudimos la broma y nos zarandeamos al son del chiki chiki. Se invita al figura a dar una conferencia en el Instituto Cervantes de Belgrado –que a partir de ese momento habrá experimentado un alza en su prestigio como institución señera en la defensa, difusión y promoción de nuestra lengua castellana- y todos los medios de comunicación se hacen eco del evento cultural. Y ya que hablamos de nuestra lengua, la palabra chiquilicuatre (que no chikilicuatre) existe en castellano, significa según el DRAE zascandil, mequetrefe; o sea, hombre despreciable, ligero y enredador, bullicioso y de poco provecho, incluso forzando un poco, aunque no estoy seguro, podría ser sinónimo de gilipollas que viene del caló "gilí" en el sentido de cándido o tontucio que significa medio tonto. Posiblemente haya sido esta la mayor contribución del sujeto a nuestra lengua, al poner de moda una palabra ya olvidada entre las miles de nuestro diccionario, aunque con faltas de ortografía en su mismo nombre, que es lo primero que deberían haberle corregido los del Instituto Cervantes antes de invitarle a conferenciar.

Sigo sin entender el por qué de esa aceptación tan espectacular de un fenómeno como el del chikilicuatre. Pero los españoles somos así. Aplaudimos hasta la extenuación la presentación en sociedad de idiotas, ladrones, mentirosos, vagos, adúlteros, lameculos, fulanas, trepas, pintas y de gente impresentable donde la haya y nos reímos de nuestro orgullo nacional con una facilidad pasmosa. Se nos ofrece un tipo de broma casi insultante con un bodrio de canción para representar a esta nación en un concurso internacional y todos encantados. No sé si es bueno o malo, pero lo que sí sé es que esto no hubiera pasado nunca en EEUU o en Alemania y es lo que realmente me preocupa. ¿Se puede ver el fenómeno Chiquilicuatre como una señal de alarma, la del termómetro que nos dice que nuestra sociedad tiene fiebre? ¿O es simplemente una tontería y le estoy dando demasiadas vueltas? Pues por si acaso lo dejo aquí y ya seguiré en otra ocasión.
¡Ah! y el que lo haya disfrutado, pues mejor para él.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo, pero si asemejamos eurovision a la liga de futbol y por lo tanto decidimos que lo que vale son los resultados independientemente de que se juegue bien o mal, entonces chiki y lo que representa ha triunfado. Con rodolfo, disco y gráfica hemos tenido el mejor resultado de los ultimos 4 años y con mas juntos y mas arriba que algunos consagrados interpretes.
    Eso son los datos. Ahora bien el problema es chiki o es el festival de eurovision? Triunfo o dignidad?
    Saludos
    Er juanan

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  2. No dudo del “triunfo” comparado con otros años y no me preocupa ni el Chikiliquatre ni Eurovisión. Me preocupa ver que en España lo que se jalea es el ridículo, lo grotesco, lo zafio, lo morboso. No sé, a lo mejor somos muy cachondos y ya está. Quizá sea eso es lo que le gusta al español medio. A mi me ha llamado la atención el dedicar tanto dinero, medios, tiempo y publicidad para promocionar esta porquería. Me ha asombrado ver a este tío casi todos los días en el telediario. Pero lo dicho, si es lo que nos gusta pues adelante…iremos a su siguiente conferencia cuando se de una vuelta por el Instituto Cervantes de Munich.

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