lunes, 24 de octubre de 2011

Quien se venga después de la victoria es indigno de vencer (Voltaire)

 

Llevo un tiempo sin escribir nada en el blog. Reconozco que a veces no me apetece o no encuentro el tiempo pero esta vez es distinto: simplemente me encuentro en estado de shock desde que conocí los detalles de la captura, tortura y ejecución de Gadafi y la de uno de sus hijos.

Estas cosas me han impresionado desde siempre. Aunque los periódicos se han encargado de recordárnoslo esto días, enseguida me vino a la mente la ejecución de otros dictadores como la de Saddam Hussein, los cuerpos ametrallados de Ceaușescu y de su mujer, los cadáveres colgados como alimañas de Mussolini y de su amante Clara Petacci y un largo etcétera de animaladas que han quedado impresionadas en mi memoria para no borrarse ya jamás.

Son brutalidades que carecen de sentido y, sólo el que quiere, puede encontrarles justificación en la venganza de aquellos que sufrieron bajo la opresión ejercida por los regímenes de los que estos hombres eran responsables. Hombres que quizás se habrán comportado como monstruos y habrán sembrado el terror y cometido atrocidades más grandes que las que hicieron con ellos. Hombres que habrán despertado los odios más intensos y las lealtades más fieles. Hombres, al fin y al cabo, como tú y como yo, que lo hicieron mal un día y que, desgraciadamente, han experimentado en sus personas aquello de: "quien a hierro mata, a hierro muere".

No, no creo que exista el derecho en este mundo de obrar con ellos de la misma manera y utilizando los mismos medios que habíamos reprobado y censurado.

De esa manera los oprimidos de ayer y vencedores de hoy se convierten automáticamente en torturadores, en verdugos carniceros, cuya dignidad desparece empujada a un lado por sus "justificadas" atrocidades y la maldad sin sentido de sus actos.

2 comentarios:

  1. Hola Jose,

    la verdad es que estoy de acuerdo contigo, esas barbaries no deberían ocurrir, aunque puedo entender lo que mueve a esas personas a comportarse así con estos torturadores (aunque también pienso que eso no les hará dormir mejor por las noches, al menos no a la larga...). Y fijate si esos dictadores (por llamarlos "finamente"...) son unos auténticos monstruos, que hasta llevan a sus enemigos y personas que han sufrido a sus expensas a cometer semejantes monstruosidades...
    a mí, el día que me da por pensar en esas barbaridades me entristezco, con lo fácil que podría ser todo a veces y la manera en que la especie humana lo complica...

    Muchos besos!!

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  2. Así es la vida, Olga.
    Y lo único que podemos hacer es intentar arreglar el mundo a nuestro alrededor.

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