viernes, 3 de agosto de 2012

Persona Humana Pata Negra Rioja de Cantimpalo

 

El jesuita y profesor de Bioética en la Universidad católica Sophia de Tokio Juan Masiá Clavel ha escrito un artículo en El País en el que dice textualmente:

"Un feto anencéfalo, carece de las mínimas estructuras neurológicas como soporte para la formación de una persona, desde respirar autónomamente hasta capacitarse para cualquier acto estrictamente humano de sentir, pensar o querer. Aunque hubiera razones para no interrumpir su alumbramiento, no sería por considerarlo una realidad humana personal. El aborto de un anencéfalo no es el aborto de un ser humano.

Un feto con una malformación incompatible con la vida extrauterina (supongamos el caso de una agenesia renal irremediable), no podrá llegar a realizar acción humana, porque no sobrevivirá. Es asemejable al ejemplo anterior."

Me gustaría analizar la idiotez supina que acaba de decir este señor. Que conste que en ningún momento voy a juzgar a las mujeres que decidan abortar en esos supuestos ni que no considere dichas situaciones como dramáticas. Sólo quiero analizar utilizando la lógica las declaraciones de Masiá e intentar entender si las conclusiones a las que llega son o no correctas.

Dice Masiá:

1) Que un feto anencéfalo, es decir, un feto con ausencia parcial o total del cerebro al no ser capaz de realizar una acción humana como sentir, pensar o querer, no es una realidad humana personal.

2) Que un feto con una malformación similar a una agenesia renal irremediable (ausencia de riñones) como no podrá sobrevivir por sí sólo y, además, no podrá realizar una acción humana por tener el cerebro atrofiado lo podemos poner en el mismo cajón:  no es un ser humano. 

No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de los fallos de razonamiento de este profesor de Bioética (de la suya, por supuesto) pero les desgrano algunos para empezar:

Lo de "estructuras neurológicas como soporte para la formación de una persona" es algo que se ha inventado este señor. No existen estructuras neurológicas que sean soporte de un concepto inventado como el de "persona humana". Existen características que definen a los miembros de la especie humana. Algunas de ellas son la capacidad de sentir, pensar o querer, a parte de otras como la de poder andar a dos pies, tener dos ojos, cinco dedos en cada mano con capacidad de manipulación exquisita de objetos etc.. etc...

Aunque Masiá quiera distinguir entre feto perteneciente a la especie humana y feto-persona humana, esta distinción es absolutamente artificial y falsa. Todo embrión concebido por miembros de la especie humana son seres humanos y la cualidad de persona humana no es algo que se adquiera por la capacidad o no que tenga esa persona de pensar, sentir o querer ni mucho menos por los grados en el que se desarrollen esas capacidades, algo, por cierto, muy peligroso y que nos llevaría directamente a justificar el exterminio de discapacitados mentales sucedido durante el III Reich.

Insisto, la distinción entre miembro de la especie humana y persona humana es una distinción totalmente artificial y carente de sentido. Para este señor, un feto sólo adquiere esta calificación superior si, y sólo si, desarrolla las capacidades mentales propias de su especie. Pero si por enfermedad o accidente, estas capacidades no llegaran a desarrollarse, el feto no será digno de ser llamado persona.

Pero ¿de qué demonios me está usted hablando?

A ver si lo comprendo haciendo un ejercicio mental sencillo y aplicando ¿por qué no? la misma lógica a otras especies animales:  A un bicho que presenta unas características esenciales propias de su especie entre las que se encuentran la de poseer plumas, pico, la capacidad de volar y de poner huevos etc.. le llamamos pájaro o ave. Ahora bien, si vemos nacer uno de estos bichos sin alas y, por tanto, sin la capacidad de volar, no dejaremos de decir que lo que ha nacido es un pájaro, aunque el pobre no pueda como los demás miembros de su especie surcar con maestría los aíres o no sea capaz de poner un sólo huevo. Y lo mismo sucedería con un polluelo con una malformación que lo hiciera morir recién salido del huevo y, por tanto, sin la oportunidad de realizar ninguna actividad avícola (por denominar así a las actividades propias de su especie): no por ello dejará de haber sido un pájaro el infortunado, enfermo sí, pero pájaro.

Semejante manera de pensar es la que propone este señor. Pero es que esto supone un problema añadido:

Si se califica a un miembro de nuestra especie como "no-humano" por su falta de capacidad de sentir, pensar o querer, no veo por qué no podrá aplicarse el mismo rasero a una persona que deje de mostrar esas capacidades en un momento determinado. Según esta filosofía, si se puede llegar a ser persona ¿por qué no se puede llegar a dejar de serlo? Si seguimos la rigurosidad de la argumentación ya ven donde podemos acabar. Si en unos años, no lo quiera Dios, Masiá se convirtiera en un anciano demente sin la capacidad de pensar, de querer ni de sentir (que no es lo mismo que percibir) podríamos pensar que ha dejado de ser persona humana y se justificaría, utilizando la bioética que enseña, su eliminación mediante la eutanasia. ¿Ven el peligro de esa manera de pensar?

Para Masiá cualquier enfermedad o discapacidad que impida a un feto el poder pensar, querer o sentir tras el parto lo distinguiría de los sanos que sí podrán hacerlo y se le negará automáticamente la maravillosa etiqueta de denominación de origen: Persona Humana Pata Negra Rioja de Cantimpalo. Los defectuosos sólo quedan como un amasijo de órganos, tejidos y células que se han desarrollado de aquella manera y a los que se puede eliminar sin problemas morales porque no superan cualitativamente a la pura vida animal que ni piensa, ni siente, ni es capaz de amar.

Para Masiá las enfermedades o discapacidades no ocurren en las personas humanas sino que son éstas las que deciden, según la gravedad de los estragos que provoquen, si podemos seguir llamando a esos fetos enfermos personas humanas o si  les despojamos de tan insigne consideración.




En la fotografía, Heather y Patrick Walker con su hijo recien nacido afectado de anencefalía Grayson James Walker y con el que sólo pudieron compartir ocho horas de vida. Por cierto, Facebook retiró las fotos de su hijo de la red social por considerarlas inapropiadas y luego pidió perdón.

En otros casos, dependiendo de la gravedad de la malformación, los niños pueden llegar a vivir más de dos años.


Estoy seguro de que Masiá sólo habla de lo que se imagina en sus elucubraciones teóricas y que no conoce el caso de esta otra niña porque, de hacerlo y continuar diciendo que no es una persona humana, sólo mostraría la pestilente bioética que está enseñando y la mierda de  persona humana que él mismo es. Y que conste que escribo en condicional para no insultar.

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Addendum:

La filosofía de Masiá concede el título de persona humana a aquellos seres de la especie humana que son capaces de desarrollar actividades específicamente humanas como pensar, sentir o amar. Creo que primero  habría que discutir si esas actividades son realmente exclusivas de la especie humana o si, en la especie humana, se dan de manera distinta en calidad y cantidad que en otras especies. Para mi, actividades específicamente humanas son la de perdonar, distinguir entre el bien y el mal o el altruismo desinteresado. Todas estas derivan de la posibilidad de elegir, es decir, de que nuestro comportamiento no está sujeto a la inflexibilidad del comportamiento innato. Tenemos la posibilidad de actuar en contra de lo que nos dictan los instintos naturales. Pero la capacidad de pensar, sentir o querer se muestra en grados distintos en el mundo animal y no es exclusiva del ser humano.

Como ejemplo simplificador el siguiente video. Un visitante de un zoo observa asombrado como un chimpancé le pide que le ayude a escapar y le enseña como debe hacerlo. El chimpancé sabe que hay alguien al otro lado que es libre, que él se encuentra enjaulado y que ese alguien le puede ayudar y a demás sabe que tiene que explicarle cómo hacerlo. Ya digo, es un poco simplista el argumento pero bastante ilustrativo para empezar a pensar que nuestra inteligencia que, según Masía nos define como personas humanas, es sólo un problema de grado cualitativo. Pero este tema lo trataré en otra entrada. (Por cierto, al final del vídeo parece como si el el mono se quedara pensando: "este tío es tonto").






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