jueves, 9 de marzo de 2017

El autobús de la discordia


Estos días nos hemos encontrado con la polémica del autobús fletado por la asociación ultracatólica HazteOir en diversos periódicos de tirada nacional. En Facebook también he podido seguir las opiniones de mucha gente a favor y en contra, y he leído comentarios que denotan un galimatías muy principal en lo que se refiere a libertad de expresión, derecho a opinar, censura etc... Y se mezclan churras con merinas. 

En el primer autobús se podía leer lo siguiente: "los niños tienen pene; las niñas tienen vulva; que no te engañen" y "si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo". Hasta que el Juzgado de Instrucción Número 42 de Madrid acordó prohibir su circulación por emitir un mensaje contra la transexualidad (1)

El presidente de HazteOír reconoció que su eslogan podía ser "provocador" pero no que conllevara un "rechazo" a la transexualidad o a la homosexualidad, a la vez que reivindicaba su derecho a la "libertad de expresión". No consigo entender para qué sirve el mensaje entonces, si no es para oponerse al hecho de la homosexualidad y transexualidad. La libertad de expresión es un derecho fundamental, pero tiene lógicamente unos límites establecidos por ley. Y esos límites son aquellos con los que se protegen otros derechos fundamentales. No se puede ir por ahí mintiendo o difamando simplemente porque uno tenga derecho a expresarse libremente. ¿Es esto tan difícil de entender?

Pero el problema aquí no es ni de libertad de expresión, ni se ha censurado a nadie; se trata de la discriminación a la que incita el mensaje, por mucho que se mantenga lo contrario. Salvando el hecho de que todo lo que concierne a la homosexualidad, transexualidad etc., no es una simplemente una opinión sino un hecho que se puede estudiar científicamente, el publicitar un mensaje en el que se da a entender que no existen cerebros de mujeres en cuerpos de hombres y viceversa, es incitar al racismo y la discriminación, atenta contra la dignidad y pretende vulnerar los derechos de esas personas. El mensaje, de manera indirecta, no acepta la existencia de personas transexuales y, por tanto, tampoco sus derechos. Y por eso se ha prohibido la circulación de un autobús publicitando ese mensaje.

Imaginemos el mismo autobús diciendo: “los negros tienen piel negra y los blancos tiene piel blanca, que no te engañen” “si naces negro eres negro y si eres blanco, seguirás siéndolo”. Aunque el mensaje es una tontería inmensa (del mismo nivel que la del autobús de HazteOir), el "que no te engañen" del texto incita de manera indirecta a no considerar igual a blancos y negros y, aunque pudiéramos expresar esta estupidez libremente, todos estariamos de acuerdo en que se parara el autobús por llevar publicidad que pudiera incitar al racismo.


Algunos ponen como ejemplo de trato injusto el autobús que hace unos años fletó la organización atea de Richard Dawkins y que “rezaba”: "Probablemente Dios no exista. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”. Pero la diferencia radica en que esto sí que es una opinión que no vulnera los derechos ni libertades de nadie. Es como si, a su vez, HazteOir organizara un autobús con mensajes religiosos: “Jesús te ama” o “Sigue sus mandamientos y serás feliz”.

Así lo veo yo. Y, ¡ojo, que no te engañen!



(1) Artículo 3 Publicidad ilícita

a) La publicidad que atente contra la dignidad de la persona o vulnere los valores y derechos reconocidos en la Constitución, especialmente a los que se refieren sus artículos 14, 18 y 20, apartado 4.

Articulo 2.4 de la Ordenanza de Publicidad Exterior

4.-Se podrá disponer la retirada inmediata de forma cautelar de la publicidad que vulnere los principios establecidos en el artículo 3 de la ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad, con independencia de los procedimientos sancionadores y restantes actuaciones que tramiten los órganos competentes en materia de publicidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario