En un día como hoy, hace cien años, nació este hombre. No,
no fue actor de cine ni hombre famoso, aunque en la foto lo parezca. De profesión barbero y practicante:
el que ponía las inyecciones. Fue un hombre bueno aunque, a veces, no exento de mal humor.
Recuerdo cuando volvía a casa después de hacer la ronda del día y en el
bolsillo tintineaban algunas monedas de a duro, el salario de un día de trabajo. Algunos días
volvía de vacío. Su mujer le preguntaba y él le decía: “no te
preocupes, ya me pagará”. Y al día siguiente sonaba el teléfono, apuntaba el
encargo, y después de cruzar una mirada y un beso con su mujer salía para
atender de nuevo a ese, sabiendo que hoy tampoco le pagaría.
Papá Antonio, te echo de menos.
bonito texto!!!! :)
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