Estamos hartos, cansados, de esta maldita pandemia que nos ha colocado a
todos – a unos más que a otros, y a muchos de manera literal- boca abajo. Son
muchos meses de incertidumbres, miedos existenciales, ruina económica y
problemas sicológicos que se acumulan conforme pasa el tiempo a la par que se expande el virus. Las personas necesitan el contacto social, el arrejuntamiento, el abrazo, el tocarse, y desde hace ya más de medio año, no parece que la situación vaya a
mejor.
En este contexto, observo en Alemania y en España (aparte de los comentarios del experto en virología y sanidad Donald Trump) un crecimiento de las
tesis negacionistas, y no puedo escuchar más la manida frase: “el coronavirus
no es más que una gripe”. Me he enterado de que incluso personal sanitario empieza
a pensar de este modo, y por ello he decidido escribir esta nueva entrada del
blog.
No, el coronavirus no es lo mismo que el virus de la influenza A, y COVID-19 no es lo mismo que la gripe. La gente puede pasar estas enfermedades de manera sutil o puede morirse por ellas si poseían patologías previas (la edad es una patología previa).
Pero analizemos los en los datos antes de seguir hablando.
Empecemos con el análisis del Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo). En el gráfico se observa el número de decesos entre diciembre de 2019 y octubre de 2020.
Veamos ahora los datos del Instituto Nacional de Estadística que utiliza número de fallecidos confirmados de muertes por gripe.
Ninguno
de los datos oficiales de los últimos diez años supera al número de muertes por
coronavirus en los últimos seis meses. En los últimos diez años, observamos
5.180 muertes confirmadas por gripe.
Soy consciente de que existen variaciones en los datos de defunciones por gripe según sea la
fuente consultada. El Centro
Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III hizo una
estimación por exceso de mortalidad y publicó que en los dos últimos años se
produjo entre 2.500 y 3.000 admisiones en UCI con gripe confirmada por
laboratorio y estimaron unas 15.0000 muertes relacionadas con la gripe. Pero recordemos que esto es sólo una estimación.
Si analizamos los Informes de Vigilancia de la Gripe en España del Centro Nacional de
Epidemiología del mismo Instituto Carlos III de Madrid, en la temporada 2016-2017
se notificaron 2.874 casos graves hospitalizados confirmados de gripe de los
que 619 (22%) fueron admitidos en UCI y 464 (17%) fallecieron. En la temporada 2017-2018,
1281 pacientes fueron admitidos en UCI y 991 fallecieron.
Incluso aceptando las variaciones según la
fuente consultada, los números no cuadran con la idea de que COVID-19 sea lo
mismo que una gripe, ni tampoco con el colapso del sistema sanitario que hemos observado
en unos pocos meses en España con un número oficial
de fallecidos de 33.553 y que podría ascender a casi 50.000 si se comparan las
muertes observadas con las esperadas en esos meses.
A nivel mundial, el número anual de
defunciones por gripe se estima entre 290.000-650.000, a día de hoy y
desde que empezó la pandemia, el número de muertes relacionadas con el
coronavirus se estima en 1.113.750, y esto sólo en siete meses.
A parte de la mortalidad, me faltaría
analizar la enfermedad en sí misma. Según lo que sabemos hasta ahora, y es
pronto, las secuelas tras sufrir COVID-19 no son las mismas que las de una gripe.
Conozco personas de mediana edad y sin patologías previas conocidas que han estado más de
tres meses ingresadas y aún no han podido incorporarse al trabajo.
Tras analizar seriamente estos
datos, si alguien sigue pensando que el coronavirus es igual que el
virus de la gripe, no tendré más remedio que creerle poco inteligente o pensar que
tiene otros problemas o intereses (personales, económicos o políticos) que le llevan a hacer este tipo de
afirmaciones. El negacionismo porque sí es un fenómeno de masas, de manada, de personas
que no pueden o no quieren pensar por si mismas, típico de sectas, y desde mi
punto de vista, un claro síntoma de debilidad mental.
No creo que un negacionista lo siga siéndo después de que se le muriera de COVID-19 su padre, su madre, un
hijo o la pareja... bueno sí conozco a uno: Miguel Bosé, Pero como digo, es
cuestión de inteligencia.
Según los datos objetivos, que todo el mundo puede consultar, la enfermedad COVID-19 no es lo mismo que una gripe.
¡A mantenernos sanos!