Hace unos días recibí un correo de un tío mío con un comentario sobre las medidas del gobierno. En facebook comenté en la página de mi prima Pilar que los recortes que se estaban produciendo en España ya habían sido hechos hace muchos años por un gobierno socialista en Alemania: también entonces nos quitaron la paga extra y nos subieron el IVA. Me parecía lógico apoyar las medidas que este gobierno de derechas estaba llevando a cabo, algo que, años atrás, un gobierno de izquierdas ya había hecho en el país donde vivo y que no nos fue mal.
Se han hecho muchas bromas y atacado a la Merkel por su firmeza y negativa a los bonos europeos. Estoy convencido de que la solidaridad es la base de la comunidad europea pero tampoco hay que ir de tontos por el mundo. Lo que no puede ser es que yo en Alemania pague impuestos elevadísimos, tenga que trabajar hasta los 67 años, aporte al bote común de ayuda europea y en Grecia un peluquero, por tener una profesión de riesgo (¡manda huevos!), pueda retirarse con 55. No señor, así tampoco. Aquí o jugamos todos con las mismas reglas o no jugamos. Y eso es lo que dice la abuelita Merkel.
Pero por otro lado no puedo dejar de indignarme cuando leo noticias en el periódico como la de esos diputados y ministros que cobran dietas de alojamiento teniendo de dos a tres pisos en Madrid. Y lo de hoy clama al cielo: Al señor Divar le van a conceder por dimitir una indemnización de 208000 € durante dos años.
Y eso ¿por qué?
Aquí o jugamos todos o ninguno.
No puedo aceptar el que el gobierno tome medidas para unos y no para otros.
Os dejo el escrito de Luis con el que estoy más que de acuerdo:
¿Por qué este gobierno de pacotilla, votado por la mayoría de los
españoles con tanto fervor patriótico, al igual que ha hecho el francés,
no ha aprobado un impuesto que grave a las grandes fortunas? Respuesta
(mía): porque se estarían gravando a ellos mismos, a sus familiares,
a sus amigos y a los banqueros que tendrían que estar en la cárcel.
Creo que no hay nada que hacer mientras el pueblo español solo salga a
las calles para celebrar los triunfos futboleros de un grupo de
millonarios insolidarios. España, empujada por estas interesadas e
injustas medidas, va hacia el abismo de la pobreza y de la exclusión
social de los más desfavorecidos. Algo tendremos que hacer. ¿Nos vamos a
quedar de brazos cruzados? Creo que la mayoría está dispuesta a hacer
sacrificios no para salvar a una banca amoral y corrupta, sino para que
se redistribuya la riqueza con equidad, pues, de sobra, hay para todos.
Puede que el camino a seguir sea el de la desobediencia civil, para así
sacudir las dormidas conciencias de esos políticos abyectos que ayer
aplaudían con desfachatez desde sus poltronas del Congreso a su líder,
mientras éste anunciaba la gran mentira que va a llevar a España a la
desintegración social.
Luis
Luis
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